Ranas: un plato para chupar los huesitos

Tal vez por la impresión que causa el inofensivo batracio, la rana es una eterna marginada en el gusto gastronómico de muchos argentinos. Sin embargo, su carne es un manjar con características nutricionales excepcionales. Tiene bajo aporte calórico (69 Kcal/100 g contra 111 de la carne vacuna) y de grasas, (0,3 g/100 g contra 3 g de la bovina) y su nada despreciable cuota de proteínas que iguala al pescado con 16,6 mg/100g.

Comemos cerdo, vacas, pescados, conejos, pollos, mariscos, plantas, roedores. Tal vez sea el momento, sin recurrir al INADI, de dejar de discriminar a la rana. A diferencia de la creencia popular, y eliminando los prejuicios, las ranas en el plato se ven muy apetitosas. El único inconveniente que presenta es la poca cantidad de carne que obliga a tomar las presas con la mano y “chupar los huesitos”. Para armar una porción se necesitan cinco ranas.