Cómo descorchar y servir el champagne

El champagne es un invitado que siempre está presente en la mesa de los argentinos. La costumbre popular indica que las botellas siempre son abiertas por los mayores y más habituados tomadores de la bebida, aunque a pesar de su experiencia casi siempre cometen el mismo error: intentan girar el corcho.

La forma indicada para destaparlas es la siguiente, inclinar el espumante unos 45 grados, tomar el tapón con fuerza y girar la botella.

Las reglas del “buen gusto” prohíben que el corcho sea eyectado por los aires y caiga sobre un incauto soltero, pero la algarabía festiva lo autoriza. Es necesario no interponer los ojos en el recorrido de vuelo del tapón por que pueden ocurrir graves accidentes.

En cuanto a la manera de servirlo en la copa de flauta, la sabiduría popular fue respaldada científicamente. Una investigación llevada a cabo en la facultad de ciencias de la Universidad de Reims, la meca del Champagne, concluyó que la mejor manera de servirlo es bien frío, ojo siempre a más de 4 grados, y con la copa en ángulo, de la misma manera que se sirve la cerveza.

Según una nota publicada en el blog Cóctel y Bebida, la manera de servir Champagne “no es un proceso inocuo, realmente puede afectar y esto ha quedado finalmente demostrado”.

Para el experimento científico se emplearon varias botellas del mismo Champagne pero a diferentes temperaturas (4, 12 y 18º) y que fueron servidas de dos maneras diferentes: la primera vertiendo el vino directamente al centro de la copa, la segunda al estilo cervecero, vertiendo el líquido sobre el costado de la copa ligeramente inclinada.

“Las burbujas del Champagne son fundamentales, se forman al liberarse grandes cantidades de dióxido de carbono disuelto, y ayudan a transferir el sabor, aroma y las sensaciones en boca”, explicaron. Cuando se sirve el champagne al estilo cervecero se preserva el doble de dióxido de carbono.

Las bajas temperaturas prolongan la frescura y ayudan a retener su efervescencia durante el proceso de servir el líquido en la copa, ya que cuando mayor es la cantidad de grados de la bebida, más grande es la pérdida de CO2.