La descarada costumbre de subestimarnos

La pantomima permanente, la impostura que termina siendo burla. La descarada costumbre de subestimarnos: estamos gobernados por un ato de insensibles que, además, ha resultado ser tan inoperante como cruel. Cuando el país se cae a pedazos por las decisiones políticas y económicas de Macri, nos quieren vender un video que cuenta una realidad que nosotros y nosotras sí conocemos: el ajuste dañino, la falta de trabajo, las cuentas impagables, la plata que no alcanza porque la inflación se come todo con voracidad asesina. Es sólo otra artera manera de victimizarse, de simular estar cerca de la gente, cuando en realidad carecen de la capacidad de mirarnos de igual a igual, de ponerse en nuestro lugar.

Y es por medio de esa actuación ante las cámaras que nos anuncia medidas con las que pretende paliar el desastre. Y resulta que en este manotazo de ahogado improvisa una imitación de políticas kirchneristas, pero sin sensibilidad social. Porque con el kirchnerismo miles de personas lograron la casa propia mediante el PROCREAR, y con los préstamos para viviendas de Macri miles se endeudaron de por vida con cuotas que ahora no pueden pagar. Porque con los Precios Cuidados del kirchnerismo llenábamos el changuito y el Estado le hacia frente a la especulación empresarial, y aunque Macri ahora, en coordenada electoral, quiera “congelar precios” y volver a tener esos Precios Cuidados que tanto Marcos Peña como Vidal dijeron desdeñar, serán tan imapagables e inaccesibles como antes de estas medidas: crece el desempleo, no hay consumo interno y la inflación no para.

Macri nos dice como algo bueno que el aumento de gas aplicado desde abril y escalonado en tres meses (10% en abril, 9% en mayo y 8% en junio) es el último del año. Es decir que quedan aun tres aumentos más de gas, como mínimo, que suman casi un 30%. Además, especulan con la calculadora de las elecciones sacando humo, que durante los meses de invierno habrá un descuento del 22% en el precio del gas, que los usuarios pagarán en las facturas de los meses de verano, como ya hicieron en la campaña 2017, cuando después de octubre ya habían ganado y llegaron las boletas que te comían medio sueldo.

Y como la insensibilidad gobierna, otra de las medidas es ofrecerle créditos con tasas de interés entre el 40 y 50% a los jubilados y a beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo. A los pobres, a quienes peor la están pasando, les ofrecen, dadivosos, que se endeuden aun más para pagar las deudas impagables, suana a juego de palabras pero es perverso. Porque son sádicos, además de inútiles. Porque no pueden desconocer la realidad cotidiana de los viejos que no pueden comprar ni la mitad de los remedios que necesitan para seguir vivos. Como la jubilada que ayer se tiró a las vías del subte, en CABA, centro neurálgico de Cambiemos. La formación fue frenada a tiempo y ella dijo que se quería morir porque no tenía para comer. No tienen ningún derecho a hacerla sentir así, ni a hacerla pasar hambre. A las y los jubilados se les había dado una contención necesaria y urgente, durante el gobierno de Cristina, por ejemplo: cobertura de medicamentos, movilidad del sueldo cada dos años, jubilación de quienes por diversas razones no lograban reunir sus años de aportes. Y vinieron estos incitadores del odio y la mentira y los despojaron de todo, hasta de las ganas de vivir.

Este es un gobierno en retirada, no porque ellos quieran irse, está claro que buscan desesperados la forma de perpetuar cuatro años mas a un Macri que se cae a pedazos al mismo ritmo que la Argentina, las medidas de hoy son claro testimonio de ello. Es un gobierno en retirada porque los vamos a correr con los votos, y los votos no van a surgir del resentimiento, del revanchismo miope que instalaron desde sus medios de comunicación adictos. No. Los votos que saquen del poder a esta casta de insensibles surgirán desde el amor, desde el convencimiento, desde la empatía: nadie puede ser feliz entre infelices. Los votos que una vez, mediante una defraudación histórica y desde la falacia escandalosa, los depositaron al frente de las decisiones que hoy nos han empobrecido, entregado nuestra soberanía y endeudado por generaciones, serán los que los expulsen, los que les digan basta, junto a los votos de quienes nunca acompañaron este nefasto cambio.

No hay tiempo para la indignación que no convence, para el pase de facturas a quienes la están pasando tan mal como nosotros. No hay tiempo para la especulación, no es una elección para jugar en una baldosa. Porque cuando asumimos que el amor vencía, no era una frase hecha, era la perspectiva desde la que construiríamos día a día. Tenemos la oportunidad y la responsabilidad de ponerle freno al saqueo, de devolverle a miles y miles las ganas de vivir esta vida. Sabemos lo que tenemos que hacer, sabemos que es ahora, y sabemos que es juntas, juntos.