Se desarrolló en Mar del Plata la segunda «Marcha de las Putas»

Se desarrolló este sábado en Mar del Plata la segunda Marcha de las Putas. Referentes sociales, agrupaciones apartidarias y público en general se encolumnaron detrás de la bandera del «NO ES NO». La concentración fue a las 17 en Luro e Independencia y marcharon hasta el monumento a San Martín, donde se leyó el documento final.

Con esta marcha se cristalizó el fin de esta campaña: buscar erradicar la violencia de género, a través de la concientización sobre el uso de la palabra “puta”, apropiándosela y resignificándola, para así evitar su uso como justificativo para cualquier tipo de agresión hacia la mujer.

Es el segundo año que se realiza esta convocatoria en Mar del Plata, haciéndose eco de una iniciativa surgida en Canadá luego de que un Policía de Toronto dijera en un seminario sobre Seguridad Ciudadana que “Las mujeres deben evitar vestirse como putas para no ser violadas.” Esta polémica declaración despertó la ira de gran parte de la población, que decidió manifestarse en contra de estas ideas creando así la “Marcha de las Putas”.

«Más allá de la convocatoria tenida hoy, hay que rescatar la difusión en las redes sociales y en los medios de comunicación. Abrimos un espacio de debate sumamente necesario para que todos nos replanteemos qué decimos y qué aceptamos que diga la Justicia. Estamos trabajando en conjunto para acabar con los prejuicios que llevan a justificar los casos de violencia, los abusos sexuales, el acoso callejero», manifestó Karina Freire, una de las organizadoras.

Al llegar al monumento a San Martín, se realizó la lectura del siguiente texto:
«Eventos de similares características se están desarrollando en distintas partes del país, en ciudades como Buenos Aires, La Plata, San Juan, Córdoba, Rosario y San Luis. También estamos en contacto con los organizadores del movimiento en Uruguay, y para nuestra sorpresa y alegría es un varón quien tuvo la iniciativa.
Nuevamente estamos reunidos bajo las consignas:
-No es No
-Basta de Estereotipos
-Ni la ropa ni las Costumbres, nada justifica un abuso.

La marcha del año anterior fue un gran avance, para empezar a dejar en evidencia las reglas del machismo que imperan en nuestra sociedad, son una fuerza nociva, un verdadero yugo para las mujeres que quieren vivir sus vidas libremente.
Vivimos inmersos en un sistema patriarcal donde la mujer es cosificada y debe someterse a los parámetros socioculturales aceptados, que no hacen más que presentar la sumisión al varón como una virtud.
Putas, somos putas porque nos rebelamos a ser sometidas, oprimidas, insultadas, maltratadas, clasificadas y prejuzgadas simplemente porque queremos explotar nuestros potenciales y disfrutar de ellos plenamente. Nos negamos a aceptar los tabúes, prejuicios y mandatos machistas como verdades universales, vengan de donde vengan.
Si nos violan, nos golpean, nos manosean, nos insultan, nos denigran, nos maltratan, invaden nuestro espacio, nos restringen libertades, nos acosan por la calle, nos están haciendo lo peor que se le puede hacer a un ser humano, quitarle su dignidad como persona y rebajarlo al nivel de cosa disponible para uso indiscriminado.
Y nosotras somos las culpables, nosotras por putas que salimos a cualquier hora, exhibiendo nuestro cuerpo, nuestra libertad, nuestra felicidad, porque no entendemos que si hacemos esto somos las culpables de incitar a un pobre macho que no pudo manejar su conducta y dejó que sus naturales impulsos dominaran su accionar. Basta de excusas! los varones no son máquinas sexuales instintivas, son seres racionales que pueden regular su conducta, los violadores y abusadores son verdaderos monstruos culpables de sus delitos y que de ninguna manera pueden ser excusados.
Leemos casi a diario sobre niñas y niños que han sufrido todo tipo de abusos y vejaciones, y escuchamos a jueces decir “no se puede corromper lo que ya está corrupto”, funcionarios sostenidos por un sistema validado por las reglas del machismo e impunes en una sociedad que los tolera. Estamos acá porque no querremos ser cómplices.
El piropo, las miradas lascivas, los roces en los transportes públicos parecen ser conductas aceptadas por la sociedad, la violencia cotidiana está naturalizada, a diario vemos que sucede y se lo toma con liviandad, debemos generar conciencia dejando de ser pasivos. Varones y mujeres tenemos la responsabilidad de poner esto en evidencia y romper con el silencio.
Esta marcha pide a viva voz respeto, para vivir en una sociedad más pacifica, tolerante y capaz de disfrutar de su diversidad.
Muchas gracias nuevamente.»

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