Tandil: Se llevan moto secuestrada por robo del patio de la Comisaría

Un episodio con ribetes tragicómicos sucedió durante el fin de semana en el interior de la Seccional 1ª de policía de Tandil. Uniformados de esa dependencia habían recuperado un ciclomotor robado días antes, pero en un descuido un hombre entró y la robó nuevamente.

Todo comenzó con la denuncia de un joven sobre el robo de su ciclomotor, del que había sido víctima hacía algunos días. Un allegado le pasó el dato sobre que su vehículo había sido visto circulando por el barrio Tunitas, por lo que el damnificado trasladó la pista a la policía.
Con esa información, un móvil policial, con un único efectivo, se dirigió hasta un lugar en el que efectivamente, se interceptó la motocicleta en cuestión, que en ese momento era conducida por un niño de 11 años.
Hubo en el lugar un intercambio de palabras entre el menor, el damnificado y el policía, que se resolvió cuando todos, incluida la moto, terminaron en el interior de la seccional primera de policía, en el edificio ubicado en Fuerte Independencia al 200. El joven que había sufrido el robo y el menor al que le secuestraron el rodado debieron declarar ante las autoridades, mientras que el ciclomotor terminó secuestrado en el patio interno de la dependencia policial.
A medida que pasaba el tiempo y se iban cumpliendo todos los pasos legales, el joven víctima del robo, anunció que se retiraba a su casa a buscar los papeles que acreditaban la propiedad del rodado, para conseguir recuperarlo. Menuda sorpresa se llevó el ciudadano cuando a poco de llegar a su vivienda recibió un llamado telefónico en su celular, de parte de un oficial de policía, quien lo increpó duramente por “haberse llevado la moto sin autorización”. “Que ¿quién se creía que era?” y “¿Cómo se había atrevido?”, matizado con algún improperio propio del enojo policial.
Sin embargo, como pudo, el joven explicó que estaban equivocados, que él se había retirado hasta su casa en otro vehículo y que a su entender, la moto estaba en el patio de la comisaría…
Pero no estaba…
Los policías comenzaron a buscar desesperadamente el ciclomotor, que seguramente aparecería en la estadística como un nuevo esclarecimiento, pero sin embargo, la moto, había desaparecido.
La parte más increíble de la historia ocurrió después.
Las cámaras de vigilancia que posee la comisaría demostraron que un sujeto ingresó al edificio, cruzó la parte delantera de la dependencia, llegó al patio, tomó la moto (a esta altura la gran víctima del relato ya que fue robada dos veces) y salió del lugar, todo bajo la atenta distracción de los uniformados, que no atinaron a percatarse de que estaban robándose un ciclomotor en sus narices y del patio de la casa policial.
Más tarde se pudo determinar que el audaz ladrón, es el padre del menor de 11 años que fue sorprendido a bordo de la moto. El hombre fue visto por el frustrado dueño de la misma, frente a la comisaría, justo cuando salía a buscar los papeles para demostrar su propiedad. Si bien está identificado, hasta hace algunas horas, al menos, las autoridades no habían podido dar con él…
Ni con la moto…